lunes, 30 de junio de 2008

Ciegos como guias

«En épocas de oscuridad, la mejor guía para los pueblos era la religión, del mismo modo que en medio de una noche oscura un ciego es nuestro mejor guía; de noche, él conoce los caminos y senderos mejor que un hombre que sí puede ver. Sin embargo, cuando amanece, es una tontería usar a viejos ciegos como guías»

Heinrich HeineGedanken und Einfalle

miércoles, 21 de mayo de 2008

El cristianismo como padre del ateísmo


Fernando Savater

En su libro: "La vida eterna"



La señal distintiva del cristianismo en sus comienzos es que revindicaba una concepción digamos agresiva de la verdad, polémicamente rebelde a toda concesión al relativismo o la razón de Estado. En una página especialmente combativa de su libro Straw Dogs, que titula significamente “ Atheism, the last consequence of Cristianity”, John Gray mantiene que el ateísmo moderno ha pretendido alcanzar por medio de la secularización del mundo del que estuviera ausente el Dios cristiano…pero ese mundo no deja de ser cristiano, aunque carezca de Dios: “La secularización es como la castidad, una condición definida de aquello que niega. Si el ateismo tiene futuro, sólo podrá ser como revival del cristianismo. Pero de hecho el cristianismo y el ateismo van decayendo juntos” ¿Quiere esto decir que los primeros cristianos se desentendían de la verdad objetiva, naturalista, y que por tanto –como creen los posmodernos- los ateos científicos de la actualidad se equivocan en intentar rebatirlos en ese plano? No nos apresuremos. Para Gray, son los paganos politeístas quienes no prestaban peso decisivo a la verdad considerada en términos digamos “metafísicos”, mientras que fueron los primeros cristianos los que absolutizaron el culto a la verdad como correlato primordial de su credo: “El ateísmo es un retoño tardío de la pasión cristiana por la verdad. El culto a la verdad es un culto cristiano”. Y ese culto radical acabó precisamente volviéndose contra la propia dogmática cristiana…Según Gray fueron precisamente aquellos antiguos paganos, finalmente desplazados de sus privilegios sociorreligiosos por una nueva creencia nada complaciente con ambigüedades hermenéuticos.


En el politeísmo, cuando la aceptación de unos dioses frente a otros sólo tenía que ver con la elección de un estilo de vida –o de una preferencia cultural- y no con procesos de verificación, la incredulidad total era una actitud insólita y extemporánea. Pero al reclamar una fe como la única verdadera y por tanto la única aceptable, los cristianos dejaron el camino expedito precisamente a la abolición progresiva de toda fe. Primero hay una fe, la que monopoliza la verdad, desalojando ad infernos a todos los restantes dioses que sólo pretendían ser significativos y consoladores, no verdaderos: pero después es la verdad la que monopoliza la fe, acabando con toda creencia inverificable –por muy significativa o consoladora que fuese- y abriendo así el paso a la ciencia y a la modernidad. El cristianismo irrumpe en el escenario ideológico no para pedir plaza como una perspectiva más, sino para reivindicar en el sentido más fuerte la totalidad del ámbito espiritual. Ser cristiano supone saberse en la verdad y no callar o fingir respetar los errores ajenos, aunque estuviesen respaldados por usos, costumbres o instituciones. Por ello los cristianos primeros fueron mártires y por eso luego fueron inquisidores, cuando consiguieron institucionalizare estatalmente: a causa de su culto por la verdad, que es una o no es. Los paganos eran escépticos hasta cuando creían, los cristianos sólo creían que no eran ni nadie tenía derecho a ser escéptico. De modo que concluye John Gray: “El cristianismo golpea en la raíz misma de la tolerancia pagana con la ilusión. Al reclamar que solamente hay una fe verdadera, concede a la verdad un valor supremo que no había tenido antes. Pero también hace posible por primera vez la incredulidad en lo divino. Si ahora vivimos en un mundo sin dioses, debemos agradecérselo al cristianismo” De modo que no andaban muy desencaminados los emperadores romanos que –como el propio Marco Aurelio o Juliano- condenaron a los cristianos por “impios” o incluso “ateos”, no por creyentes en una fe peor que las demás…

lunes, 14 de abril de 2008

Un breve nihilo descanso.

Hoy vuelvo tras un largo periodo sin escribir acerca de nada. Me he tomado un descanso por principios, ya que esta totalmente en contra de mi forma de pensar y actuar el quitarme tiempo de ocio, tiempo y disfrute para escribir, aunque eso no quiere decir que no disfrute cuando lo hago, aunque generalmente es un desahogo más que nada.

Hoy es Nietzsche el que me inspira para esta entrada. El padre del nihilismo. Nihilismo que a la vez me ha inspirado este descanso. Y es que el que se definió así mismo como el primer antimoralista, dejó escrito algo tan acertadísimo acerca de la verdad, como que esta es tan fuerte y tan resistente que no necesita caballeros tenaces, armados y resistentes para defenderla, ya que ella misma se basta para defenderse y triunfar. No hace falta librar mil batallas diarias, ni obsesionarse u obcecarse en la defensa de unas ideas. No. Quien crea eso jamás entendió, entiende, ni entenderá a Nietzsche.

Así habló sobre los filósofos.
“Los sistemas filosóficos son enteramente verdaderos para sus fundadores, para los filósofos posteriores, son por lo general, un gran error, y para las mentes un tanto más débiles, únicamente un conjunto de hierros y verdades”

Y así, sobre los políticos. De una forma que nos permite ver, que por mucho que pase el tiempo, hay cosas que siguen igual.
“Gobernar. Los unos gobiernan por el placer de gobernar, los otros para no ser gobernados; para estos se trata sólo del menor de dos males”

¡Que dé comienzo la búsqueda!

miércoles, 12 de marzo de 2008

Así hablaron sobre la muerte.

Jose Luis Borges

Del otro lado de la puerta un hombre deja caer su corrupción. En vano elevará esta noche una plegaria a su curioso dios, que es tres, dos, uno, y se dirá que es inmortal. Ahora oye la profecía de su muerte y sabe que es un animal sentado. Eres, hermano, ese hombre. Agradezcamos los vermes y el olvido.

Epicureo

La muerte jamás nos alcanzará porqué mientras nosotros estamos ella no está y cuando llega nosotros ya no estamos.


Spinoza

El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte…toda su sabiduría es solamente sabiduría de la vida mejor.


Unamuno

Lo malo no es morir, eso es algo natural y por naturaleza conveniente, lo realmente malo es vivir de cualquier modo, no practicar las virtudes, etc. Pero el pueblo ignorante grita y alborota reclamando vivir para siempre, bien o mal, como sea con tal de no morir nunca. Exigen estos indocumentados caprichosos que la muerte sea abolida como un impuesto injusto o que al menos admita una excepción en su caso personal.


Giacomo Leopardo

Deberíamos temer más a la vejez que a la muerte: porque la muerte suprime todos lo males que nos afligen, así como el deseo o la conciencia de bienes y placeres de los que ya no podemos gozar, en cambio la vejez se lleva los placeres pero deja intacto el apetito insatisfecho de ellos, además de aportar dolores y humillaciones inéditos.


Ludwig Feuerbach

Hay que aceptar la muerte como una realidad definitiva y no como una apariencia (según hacen las creencias religiosas) para poder disfrutar plenamente de la existencia terrenal y comprender nuestra continuidad impersonal con el resto de las realidades materiales del universo (…) El verdadero defecto del cristianismo, es haber acentuado hasta lo omnicomprensivo la individualidad humana. Si el individuo personal lo es todo, como es la individualidad lo que acaba cuando perecemos, bien podemos afirmar que después de la muerte no hay nada: entonces... ¿no hay nada des pues de la muerte? (…) En efecto, exactamente: si tu eres todo, cuando mueres después de la muerte no hay nada; pero si tu no eres todo, después de la muerte permanece todo lo que no eres tú.

Charles Lamb

No bastan las metáforas para endulzar el amargo trago de la muerte. Me niego a ser llevado por la marea que suavemente conduce la vida humana a la inmortalidad y me desagrada el inevitable curso del destino (…) Me gustaría detenerme en la edad que tengo; perpetuarnos, yo y mis amigos; no ser más jóvenes, ni más ricos, ni más apuestos. No quiero caer en la tumba como un fruto maduro (…) El sol y el cielo y la brisa y las caminatas solitarias y las vacaciones veraniegas y el verdor de los campos y los deliciosos jugos de las carnes y de los pescados y de los amigos y la copa cordial y la luz de las velas y las conversaciones junto al fuego y las inocentes vanidades y las bromas y la ironía misma, ¿todo eso se va con la vida?


Fernando Savater

La vida es transitoria, pero quién ha vivido, vivió para siempre.


Jim Bakker (telepredicador)

Tenemos un producto mejor que el detergente o los automóviles. Tenemos la vida eterna.
(Por cierto, este señor acabó en la carcel por su sentido comercial de la religión)
¡Que dé comienzo la búqueda!

miércoles, 5 de marzo de 2008

Derecho de sociedades

Las religiones de forma casi mayoritaria exaltan en el hombre sentimientos positivos y de amor hacia nuestros hermanos y nos llevan a satisfacer en mayor o menor medida nuestro afán de trascender más allá de la muerte. Pero yo os planteo ¿es eso suficiente? Es decir, ¿es necesario que para pensar de un modo positivo, honrado y benevolente abracemos incondicionalmente una serie de verdades preestablecidas acerca de todo lo que nos rodea, su funcionamiento, su origen y su último fin? ¿Es necesaria la motivación de la vigilancia de un ser superior y juez que todo lo ve, para que el ser humano haga el bien?


Creo que ya habréis adivinado cual es mi opinión. Algunos defensores del catolicismo me contradicen de la siguiente manera: "los que niegan la existencia de Dios es porque les conviene que no exista. No negamos que un ateo pueda ser honrado, pero evidentemente le falta motivación. Se puede preguntar: ¿Por qué voy a hacer el bien en lugar del mal, si obrando bien no me proporciono ventajas sino inconvenientes, y obrando mal salgo ganando? Si no hay un árbitro que sanciones, cada cual hará lo que más le convenga".


Presume aquí erróneamente nuestro católico amigo que haciendo el mal siempre se sale ganando y haciendo el bien siempre se sale perdiendo. Aunque eso no sea lo más importante del tema. Lo que yo quiero es trasladaros otra cuestión. Yo me crié en el seno del catolicismo, crecí con sus valores y sus principios y muchos de ellos válidos pasaron a formar parte de mi persona.¿Esto que quiere decir?


Esto quiere decir que las religiones no son malas en sí, como muchos creyentes apuntan, no nos enseñan nada malo. Esto es cierto, no hay que torturar ni martirizar al creyente, por que el que cree sinceramente, lo hace de corazón. Y esto es algo que muchos colegas ateos en la red no entienden, y se empeñan en demonizar a todos ellos.


No trato de martirizar a nadie, pero en mi opinión creo que tengo el deber, como hombre que salió de la caverna, de volver a ella para ver si hay alguien ahí que quiere acompañarme. Ese alguien puedes ser tú o un amigo o tu vecino, ese alguien puede ser la sociedad que no es "la sociedad", sino que somos la sociedad.


Porque toda sociedad tiene derecho a ser libre. La mejor sociedad no es la más religiosa, si esto fuera así épocas en las que la religión católica se configuró en nuestro país como religión oficial, tendrían que haber pasado a la historia por la increíble bondad y hermandad de toda la ciudadanía pero no fue así. Tu sociedad tiene derecho a ser libre. Tú te mereces una sociedad libre y tienes también derecho a ella.


¡Que dé comienzo la búsqueda!

lunes, 25 de febrero de 2008

El pensador que halla un escrito apologético, halla un tesoro (título largo pa´ una entrada pero con pretensión de establecerse como verdad absoluta)

La semana pasada cayó en mis manos por medio de un compañero y por casualidad un escrito de la llamada Apologética. Este hecho lejos de apartarme todavía más de mi últimamente lejana inspiración, ha hecho avivar a esta: la ha despertado de forma inimaginable. Para que os hagáis una idea, esta línea argumental de la apologética empieza recogiendo frases de personajes históricos ilustres (algunos más históricos que ilustres) que apoyan o dan motivos para la existencia de Dios.


De algunas partes del texto se llegan a conclusiones tan simplistas como la siguiente: "ciencia y fe no son incompatible, puesto que hubo varios científicos que creían en Dios". Este modo de pensar por lo menos a mi me parece alarmante y es que a mi lo que más me fastidia de las religiones y de los dogmas en general, es que olvidan que todos los humanos somos igual de humanos e igual de carne y hueso que el resto, por mucho que sean "San".


Y lo que sucede en los dogmas es que a las palabras que otros hombres dijeron se les dé el valor de verdad absoluta e inmutable, no se plantean su veracidad. Yo por ejemplo, estoy pensando por mi mismo y por que lo hago soy capaz de razonar y escribir estas líneas. Los dogmáticos no hacen eso sólo repiten una y otra vez lo que otros hombres dijeron sin plantearse si es cierto o no lo es.


Pero como está mal hablar de todo esto sin dar ejemplos claros, voy a poner uno. Se dice en una parte del escrito apologético:" Cuando el hombre arranca a Dios de su vida se vuelve contra sus hermanos los hombres. Es lo que expreso HOBBES con frase cruda: el hombre es lobo para el hombre. Si prescindimos del mandamiento de Jesús, la solidaridad humana es frágil. Fácilmente el otro termina por ser un extraño, un rival o un enemigo"


No solamente la conclusión a la que se llega a través de la afirmación de Hobbes no es cierta, si no que es justamente todo lo contrario. Los dogmas de fe convierten al hombre en lobo para el hombre. Fácilmente siendo creyente se ve al que no cree o al que cree en algo distinto como un extraño, un rival o un enemigo.


Además la solidaridad humana prescindiendo del mandamiento de Jesús no solamente no es frágil, si no que mejora, y así es como lo demuestra este reciente estudio que apunta tajantemente que los países donde más asesinatos, crímenes y delitos en general se comenten, son también los países con índices más altos de religiosidad. Las estadísticas son siempre una estupidez, pero nos ayudan a hacernos una idea.


¡Que dé comienzo la búsqueda!

martes, 19 de febrero de 2008

Porqué soy lo peor

Hará cosa de un par de semanas estaba yo conversando con un amigo en la terraza de una cafetería. Como casi siempre que se trata de dialogar conmigo, la conversación tomó un carácter profundo y acabamos discutiendo sobre la religión.


Mi amigo es un creyente venido a menos, ya que, tras pasar toda su vida siendo católico, con lo que eso conlleva, ahora ha decidido, tal y como ahora modernamente se decide, no creer en la Iglesia.Algo que está muy bien, que es muy bonito y porque no decirlo, te sirve incluso para guardarte las espaldas. Es decir, yo "porsiaca" voy a creer en algo...es nadar y guardar la ropa. Pero mi amigo cree y eso se lo noto yo en los ojos.


Esto me hace acordarme de los tiempos en los que yo verdaderamente creía que la gente creyente lo que hacia realmente era fingir. Pero a lo que vamos, que tras pasar un buen rato intentando disuadirle de su postura, mientras el patatín y patatan, me hablaba de los evangelios, pensé mientras miraba su cara que me seguía hablando pero ya desde muy lejos: intentar desconvencer a un creyente o disuadirlo es una tarea cien mil veces más desesperanzadora que la que conlleva inculcar la fe, ya que, lo que augura el creyente es algo, porqué no decirlo, infinitamente mejor: el cielo.


Mientras, yo cruel bestia despiadada, intento hablarle racionalmente de la falta de pruebas y de la nada eterna en todo su vacío. Pero lo peor viene si a esto le sumamos, que uno mismo nunca sabe del todo, si el que cree está preparado para no hacerlo. Porque si te fijas en definitiva todo ser humano está preparado para creer, pero no todos están preparados para dejar de hacerlo.


Sin embargo a mi me da en la nariz, que mientras yo en mis tareas, me siga identificando con el hombre que tras ver la luz desciende de nuevo a desencadenar a sus compañeros de caverna, va a tener mi amigo que seguir aguantando a este ogro, que según pienso a veces, no tiene corazón.


¡Que dé comienzo la búsqueda!

lunes, 18 de febrero de 2008

Aprendiendo a ser mayor

Estamos haciéndonos mayores. No paramos de crecer y además cada vez somos más inteligentes, más guapos, más atractivos y estamos más llenos de dudas que nunca.


Cada vez somos más los que nos atrevemos a decir no a las tradiciones. A dejar de lado las supersticiones y los maleficios. Cada día pensamos más por nosotros misnos. Nos liberamos.


Dejamos la religión para los religiosos y para los que no quieren pensar o quieren pensar como lo que impera.
Por que la religión es en difinitiva un conjunto de falacias en las cuales no debemos de dejar de creer cuando somos mayores. Nos obligan a seguir manteniendolas vivas de algún modo.


Igual que al niño un día sus padres le enseñaron la idea de Santa Clause, Papa Noel, San Nicolás o Los Reyes Magos de Oriente, a la humanidad, al hombre, sus padres, sus ancestros le enseñaron la idea de Dios. Podemos además recordar que un niño nunca está listo del todo para comprender algo tan vanal como que sus padres intercambian el dinero fruto de su trabajo por regalos para ellos.


El hombre a su vez, a menos que haya trabajado mucho y haya hecho un gran esfuerzo intelectual, nunca se hallará lo completamente seguro de sí mismo para aceptar la visión del cosmos con toda su violencia, sin angeles protectores, salvación o juicios finales que valgan (esto siempre me refiro, a una persona que haya sido educada religiosamente) Por ello el hombre puede así seguir siendo un niño por mucho tiempo.


Nuestros antepasados, los chamanes, espiritistas, evangelistas, etc... fueron en definitiva nuestros padres y nosotros aquí y ahora somos los hijos. Unos hijos que ya quizás nos atrevamos a levantar a la cama sus faldones o a mirar por arriba de los armarios para así poder ver los regalos escondidos: regalos que son para ti. No permitas que nadie te esconda lo tuyo. Abre tu mente y juzag por ti mismo.

¡Que dé comienzo la búsqueda!

jueves, 14 de febrero de 2008

Acerca del viaje

Un viaje en búsqueda de la felicidad.

Es así como dice la frase descaradamente cursi que he decidido colocar debajo del título de mi blog; que le vamos a hacer. Un viaje en búsqueda, que no hacia (ni en pos(t) de) la felicidad. Un viaje que para comenzarlo y saber cómo va a ser, sólo hace falta que todos recordemos algo que ya conocemos de sobra, el Mito de la caverna creado por Platón. Una alegoría fantástica y fantasiosa capaz de explicar mejor que nadie lo que nadie podría explicar peor que yo.


Simplemente espero que aunque al principio, tal y como sucede en el mito, yo tenga que caminar sólo y se me tome como un loco, a la vuelta ahí estés tu, y tú seas capaz de liberarte de las cadenas, liberarte de piernas y cuello, ascender a la entrada de esa caverna para quedar cegado.
Aparte de eso no descarto chorradicas varías, dudas existenciales, reflexiones, abdominales o abdominoplastias ventriculares.


Por lo demás y por los demás, no quiero más que empezar a escribir entradas con contenido e incontinencia pronto, para que esta primera, tímida y huérfana quede atrás lo más atrás posible. Para echar el cierre y subir el grado de cursilería filosófica de outlet, sólo me gustaría recordar una frase literaria y literalmente, que dice así: "El que nada duda, nada sabe". Platón (again)


¿Que más se podría pedir? Desde luego carne no, pecado tampoco.